lunes, 11 de marzo de 2013

“Los amantes pasajeros”sexo, drogas y mucho “amor”.





No pensaba escribir mi opinión sobre la última película de Almodovar, pues hay ahora mismo una sobresaturación sobre el tema, pero a petición popular he cedido, y contare encantada mis impresiones sobre esta comedia de altos vuelos.
Antes de sumergirme en el universo Almodovariano, me gustaría comentar algo que no deja de ser un reflejo de este momento absurdo y caótico que nos esta tocando vivir.
He leído hasta la fecha diversas criticas y opiniones sobre este  trabajo del director manchego, y no puedo dejar de plasmar,  lo absurdo que me parecen ciertos comentarios periodísticos al respecto.
Esta película es una comedia, y si, la firma Pedro Almodovar, un director por el que siento cierta debilidad.


Él ha dejado claro que con este trabajo, su mayor objetivo era divertir al personal, sobre todo en estos momentos convulsos y deprimentes que estamos viviendo, un soplo de aire fresco, una petición de su publico, de sus fans, el retorno del auténtico estilo Almodovar, sin tapujos, sin frenos, con ese desenfado que en los ochenta nos encandilo a casi todos, y de paso hacer una crítica algo ácida y caricaturesca, sobre sucesos de nuestro panorama nacional, aunque por supuesto y como bien se advierte en los títulos de crédito al comienzo de la misma, todos los personajes son ficticios y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia...
             
No comprendo el empeño de algunos medios de conocidas revistas supuestamente cinéfilas,  y la pedantería de algunos de sus cronistas y críticos, en enumerar primeramente no se cuantas obras maestras de música, ensayo, literatura y cine, para remarcar una intelectualidad que desde luego no a lugar, y hacer la rosca al director español sin realmente comprender ni la película ni la intención de su creador, y solamente dando lustre, un deporte nacional muy extendido y que no soporto, dicho esto, y dejando a pedantes aparte, diré que el filmé es divertido y que entretiene, que desde antes de empezar la primera escena ya comienza uno a sentirse cómodo y receptivo.
El vuelo de la compañía "Península" que despega de Barajas con destino a México DF, se convertirá a los ojos del espectador desde el minuto cero,  en un coctel de sexo, alcohol y drogas...



Si bien es cierto que no hay nada novedoso en los diálogos y en la estructura, el Almodovar mas insolente y deshinibido se nos presenta en bandeja en cada una de las escenas.
Tres azafatos gays, Javier Camara (Joserra Berasategui), a la sazón sobrecargo del vuelo, Carlos Areces  (Fajas), y Raul Arevalo (Ulloa), serán los encargados de entretener y calmar al pasaje de la clase business, ante una situación de emergencia y de incierto final.
El “ambiente de entendimiento” es casi histriónico y llevado al limite,
las locuras y los ademanes exagerados hacen llegar rápidamente a la carcajada, y el espectador es uno mas en ese vuelo, que tiene quizás demasiados asientos vacíos en esa clase preferente.
Muchos de los presentes,  sentirán que están mas al otro lado de la pantalla ocupando esas plazas libres, que en la butaca del cine, y eso si es una hazaña y un objetivo conseguido para cualquier director, transportar al publico al otro lado, en este caso a ese avión descarriado donde corre el alcohol que se las pela....
Las interpretaciones de los tres “héroes” del aire son magistrales, la coreografía que despliegan al ritmo discotequero de “I,m so excited” inmejorable, y seguramente la escena reina que pasara a la posteridad.
No hay ni un pero para ninguno de los actores, están todos sensacionales en sus papeles, Cecilia Roth, Blanca Suarez, Miguel Angel Silvestre,
la vidente sensitiva Lola Dueñas, o los pilotos Hugo Silva y Antonio de la Torre, entre otros,
sin olvidarnos del cameo que protagonizan Antonio Banderas y Penélope Cruz.
                                          
Nadie debería buscar aquí una obra maestra, aunque posiblemente se pueda leer entre lineas más de lo que a simple vista se pueda apreciar.
 Almodovar siempre ha tenido sus defensores y sus detractores, de lo que no cabe duda es que siempre provoca expectación.
He visto toda la filmografia del manchego,  y puedo presumir de haber estado presente en el estreno de “Pepi, Luci Bom.. y otras chicas del monton”..,
En plena adolescencia y por casualidad, llego a mi una invitación dentro del marco del Festival de Cine de San Sebastian, no tenía ni idea de que iba aquello, ni lo que iba a vivir a continuación.
Asistí alucinada a la proyección de aquella extraña película, pero eso no fue lo más fuerte, al finalizar el pase, se encendieron las luces del cine Savoy, (otro cine que ya no existe), y en el escenario aparecieron sus protagonistas y su joven director, explicando aquel trabajo algo surrealista y provocador.
Allí estaba Carmen Maura, y Alaska con el pelo corto, una cinta en el pelo y cara de pocos amigos, y Pedro a su lado, intentando explicarnos lo que acabábamos de presenciar.
Quién nos iba a decir,  que estabamos asistiendo al nacimiento de un estilo cinematografico, aquel fue un momento histórico, por el que muchos fans hubieran dado hoy cualquier cosa .
Fue un placer inesperado vivir aquel mítico y divertido acontecimiento,  y su coloquio posterior fue memorable.
                       
En plena movida cultural y artística, pudimos conocer al director que luego nos encandilo con cintas como “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “Atame”, “La ley del deseo”, o” Hable con ella”, esta última es la que considero la mejor de toda su filmografia hasta el momento.
Lo que esta claro, es que el ex trabajador de telefónica, que con mucho esfuerzo y algo de suerte pudo llegar al gran publico, ha hecho patria y ha creado un estilo que muchos hemos adoptado como nuestro.
Frases y escenas inolvidables, cada uno tiene la suya,
 yo me quedo con la escena de “Mujeres”, en la que Carmen Maura esta doblando a Joan Crawford en el personaje de Viena, diciéndole a Sterling Hayden, el protagonista de Jonny Guitar, lo mismo que le diría a Ivan.

      
No me gustaron” La piel que habito”, película en la que se multiplican las incoherencias, aunque la vida misma es una incoherencia continua, y que me resulta demasiado perturbadora, ni tampoco “Volver”, en la que aunque hay muchos momentos destacables, no me termine de creer a su protagonista.
De todas formas Pedro tiene una sensibilidad fuera de lo común, y que llega a tocar fibras muy profundas.
Cuando ves una  película varias veces, y en ella sigues descubriendo cosas nuevas, y no envejece si no que con el tiempo gana, como diría Pedro con las mujeres, "hay que tenerla en cuenta".
Puede que la aprobación de la academia Hollywoodense pése algo inconscientemente y retuerza el arte, y el descaro de nuestro director mas internacional y por el que se mueren en Francia.
“Los amantes pasajeros” por una parte nos van a devolver a los locos ochenta, y eso es de agradecer, por que ahora mismo lo que mas apetece es subirse a ese avión, a beber agua de Valencia, follar y olvidar.
Gracias Pedro por llevarnos aunque solo sea por noventa minutos a rozar el cielo.