Raimundo era joven y noble,
y como noble y desocupado se aburría
después de terminar con las batallas y los torneos.
Un día, cuando se encontraba cazando
con su tutor el conde de Poiteu, al oír unos cantos infrahumanos y
perturbadores hirió accidentalmente al pobre conde, y este perdió
allí mismo la vida.
Raimundo encontró entonces muy cerca
de una fuente llamada de la sed, a una hermosa muchacha que solo
cubría su desnudez con la espesura de su frondosa melena, ella le
consoló del infortunado homicidio.
El noble joven quedo embrujado y
enamorado al instante de aquella misteriosa mujer, que sin el saberlo
le atrajo con sus cantos de sirena, estaba ante el hada Melusina.
La pasión incontrolable, sumada al
encantamiento de las artes fascinantes de la muchacha, hicieron sucumbir al
joven que en aquel mismo momento la hizo suya.
Se casaron apresuradamente, y ya
entonces supieron que esperaban un hijo fruto de su primer y
sorprendente encuentro.
El hada, descendía del mismísimo
soberano de Escocia Elynas, y de una mujer llamada Persina.
La madre también escondía un secreto
inconfesable, y cuando Elynas no lo respeto, se fue con sus tres hijas
a la isla de Avalon.
Melusina, Mélior y Palestina, se vengaron de su progenitor por la falta que tuvo
con su madre, y esta al enterarse, enfureció contra Melusina y la
maldijo con un terrible maleficio, este consistía en que al llegar el
sábado, la mitad de su cuerpo se convertiría en una
gran cola de serpiente, otros dicen que de sirena, y algunos incluso
se atrevieron a decir que de dragón.
Cuando se llevo a cabo el enlace entre
Raymondyn y la hermosa Melusina, esta le sugirió que pidiese a su
soberano como regalo de bodas las tierras que entrasen en la piel de
un ciervo.
La astuta Melusina saco buen partido
de su petición, pues no utilizo la piel de ciervo en una sola pieza, no,
ella con toda sutileza corto cintas de la piel, haciendo con ellas un
mapa imaginario muchísimo mas extenso de lo que el soberano jamas
pudo pensar.
De esa forma sus feudos crecieron
amplia mente por tierras de Francia.
En Lusignan Melusina edifico su
castillo, el hada constructora creaba maravillas allá por donde se
extendían sus amplios dominios.
De forma mágica, y según cuentan
algunos con la ayuda de otras hadas, la maga consiguió edificar
castillos, torres y catedrales, entre ellas Saint Paul en Gatine, La
Rochelle, Tiffauge, Partenay, o Talmont, sin olvidarnos de la villa
de Lusignan donde vivió feliz con su esposo y los diez hijos que les nacieron fruto de su pasión.
Pero su felicidad se vio truncada por
la envidia de uno de los hermanos de Rayomndyn,
el conde de Forez, que enveneno a su hermano
metiendo le en la mente la idea de que su esposa no le dejaba
disfrutar de su compañía el sábado, por que ese día le engañaba
con otro hombre,
Raymondyn no le creía, el disfrutaba
del amor y la felicidad , gracias a su mágica mujer disponía de
riqueza y de hijos, pero al final sucumbió a las intrigas, y
sorprendió a Melusina en el baño, de donde salia una larga cola de
dragón.
Se sintió mal por haber traicionado la
promesa que hizo a su hada, pero oculto su descubrimiento y callo.
Pasado el tiempo comenzaron disputas
sangrientas entre los hermanos del señor de Lusignan, y lleno de
impotencia y rabia acuso a su esposa de las desgracias
acaecidas, llamándola mujer serpiente, ella fue consciente de la
violación de su promesa y enloqueció de furia, huyendo por el
aire, jurando que solo volvería para llorar las muertes de sus
descendientes.
Se dice, que en la fortaleza de
Lusignan aun quedan las marcas que Melusina hacia con su cola de dragón cada vez
que se acercaba a ella, también hay quien dice haberla visto
bañándose en la fuente de la sed, donde por primera vez deslumbro
con sus cantos y su desnudez al inocente Raimundo.
Raymondyn se sumió en una desconsolada
tristeza, y en un obsesivo remordimiento por haber traicionado a su mujer, se convirtió en un ermitaño y acabo sus días refugiándose en la montaña de
Montserrat.
Testigos de esta fantástica historia, quedan en pie los castillos y las torres que el hada constructora creo para su amado.
Un cuento precioso Carolina, me gusta mucho! Un beso.
ResponderEliminarCómo me ha gustado esta historia de Raimundo y Melusina, pero sobre todo cómo me ha gustado esta Melusina, con cola y todo, que se dedicó a llenarle la vida a Raimundo de de castillos, palacios, conventos ¡qué bien hubiera venido esta Melusina para esta época, en lugar de otras malusinas sin cola pero encoladas, ajadas, acartonadas, que lejos de construir, destruyen.
ResponderEliminar¡Y qué pusilánime Raimundo, todo el dia con el tranquimazin a cuestas, depre, bueno menos cuando lo de la fuente... que seguro sería alguna de la Granja ¡Mira a ver si encontramos por ahí algún raimundo que invierta la historia, que la cola la tenga él, que construta los castillos, los palacios, los conventos y lo que haga falta, y que se cepille a malusina,, o sea que la relegue al olvido.
¡Tú si que eres un hada buena!
Yo conozco un Raimundo,que seguro que tiene un par, y este, el que yo conozco se enfrenta y lucha como un jabato, para defender castillos, conventos y palacios,si..estos son otros tiempos, ojala pudiéramos disponer de la magia suficiente para enfrentar con encantamientos a tanto ladrón y tanto mangante..
ResponderEliminarAyy mi querido Enrique que bien nos vendrían las alas, las colas y y el fuego de dragón para luchar contra tanta injusticia....
muchos besos y gracias por tu maravilloso comentario